
El proyecto corresponde a la cooperativa La Borda que comenzó a construir el edificio en el pasado mes de febrero colocando la “primera madera” de un proyecto inédito, en el número 83 de la calle de la Constitución de Barcelona. En pocos meses la estructura de los seis pisos y más de 25 mts. de altura ya está montada y de esta manera se convierte en la edificación con estructura de madera más alta del país.
La Borda, impulsado por medio centenar de socios, es un proyecto habitacional inédito, tanto por sus materiales y características de sostenibilidad ambiental como por estar basado en la fórmula legal conocida como cesión de uso, muy común en países como Dinamarca. Esto último significa que la cooperativa La Borda es siempre la titular del edificio (el terreno pertenece al Ayuntamiento), pero cede de por vida a un costo razonable, el uso de los 28 pisos o unidades habitacionales a los socios de tres tamaños diferentes: 40, 60 y 70 metros cuadrados.
La cooperativa La Borda ha apostado por un material orgánico y noble como es la madera para la construcción de 28 viviendas en derecho de cesión de uso. Además ha valorado muy positivamente el hecho de que el fabricante de CLT y madera laminada sea procedente del País Vasco.
Después de un detallado trabajo de ingeniería junto con la Dirección Facultativa se han fabricado en Egoin, S.A 660 m3 de paneles CLT y 40 m3 de madera laminada con la especie de Pino Radiata del País Vasco. Los trabajos de montaje de los paneles se iniciaron el día 15 de Mayo y se han transportado a Barcelona 10 camiones trailer de madera de los 16 totales que completan el proyecto. Esto demuestra la versatilidad del sistema constructivo y la velocidad de ejecución, algo impensado para un sistema húmedo tradicional.
Uno de los arquitectos, Pol Massoni, explica que en los próximos meses el trabajo consistirá en terminar los interiores de las viviendas. El experto detalla que, una vez esté cubierta la estructura, la madera seguirá visible en el techo y en la fachada. En este sentido, descarta que la madera sea un material peligroso porque no es inflamable y remarca que, si se conserva bien, el edificio puede tener una vida útil bastante superior a los 100 años. Sólo la planta baja está hecha de hormigón, ya que todo lo demás es de madera.
Massoni también subraya que los inmuebles de madera generan menos impacto por consumo energético y que tienen entre sus tantas ventajas, un peso más reducido. La madera del edificio que quedará sin cubrir se tratará con procesos de impregnado y barnices que le dan una elevada vida útil y una protección ignífuga.