Las glorietas son construcciones generalmente redondas, hexagonales u octogonales que no superan los 3 o 4 metros de diámetro y están destinadas principalmente como refugio y decoración de los jardines. A menudo estas tradicionales y delicadas construcciones, se ubican en el centro del jardín con el fin de resaltar la vista de la propiedad y de aportar un pequeño e íntimo espacio para disfrutar de las mañanas y tardes de primavera y verano.
Generalmente las glorietas son techadas y poseen barandas en su perímetro, bancos, mesa y otros muebles en su interior, con el fin de brindar comodidad y bienestar a los usuarios. También al igual que las pérgolas, pueden tener un techo entramado y no totalmente cubierto, que facilite el crecimiento de plantas trepadoras dando un aspecto más naturalista.
La madera es el material por excelencia para construir glorietas, a diferencia de las pérgolas que es una construcción más sencilla, esta es una estructura más compleja que incorpora techo y piso en la mayoría de los casos. También en algunas ocasiones, puede cerrarse con mosquiteros, entramados de madera o bien con acrílicos o lonas en su perímetro con el fin de ser utilizada durante los meses más fríos.
Entre los tipos de madera que a utilizar pueden ser tradicionales maderas duras como cedro o bien eucalipto, que con la gran disponibilidad de lacas, barnices y aceites se obtiene un excelente resultado al exterior y logra una duración que en muchos casos supera los 40 años a la intemperie. El eucalipto además es una especie cultivada para fines madereros y brinda un plus de sostenibilidad a un proyecto arquitectónico.
Sin dudas, la construcción de una glorieta aporta una gran funcionalidad al jardín, convirtiéndolo en un espacio ideal para recibir visitas y lograr la atención de todos. Además de aportar estética y funcionalidad, este bello elemento tiende a revalorizar la propiedad, logrando así un increíble retorno de la inversión.