
El temor a un incendio es un factor determinante a la hora de elegir una vivienda, estas catástrofes cobran vidas a diario alrededor de todo el mundo. Uno de los grandes mitos que existen sobre la estructura de madera, es su vulnerabilidad al fuego, algo que las personas asocian inmediatamente por tratarse de un material combustible.
Sin embargo es clave entender el comportamiento de la vivienda ante un incendio, ya que casi todo el mobiliario y los objetos que están dentro de una casa son combustibles, por ende los incendios ocurren en cualquier tipo de vivienda provocados mayormente por descuidos o problemas eléctricos por ejemplo. Como material orgánico que es, constituido en su mayor parte por el carbono que fija a través del fenómeno de fotosíntesis, la madera es carbón y se quema. Pero el punto no es la combustibilidad sino el comportamiento de los materiales en un incendio y la madera es más segura que la mayoría de los materiales de construcción que se utilizan habitualmente.
Cuando se piensa en el acero, se asocia erróneamente como un material inmune al fuego, lo cual es totalmente erróneo ya que al iniciarse un incendio este material decae aceleradamente en su capacidad estructural, cuando su masa llega a los 600 Cº. Lo insólito es que esto ocurre generalmente entre los 20 y 30 minutos de comenzado el fuego. Por el contrario la estructura de entramado de madera conocida como ballon frame en los Estados Unidos comienza a arder a los 300 C° pero tiene una resistencia muy superior ya que presenta una combustión lenta (0.7 mm/min); de modo que cuando la madera se empieza a quemar se forma una capa de carbono en la superficie que la “autoprotege” del calor. El calor evapora el agua de impregnación hasta que esta se “seca”, aumentando así sus capacidades mecánicas, por lo que podemos tener una pérdida de sección en elementos estructurales por la acción del fuego sin comprometer demasiado la capacidad estructural del edificio.
A estas facultades mecánicas de la madera, se suman las nuevas tecnologías de tratamiento de impregnación con materiales ignífugos, no sólo aplicados a la estructura de madera sino en el resto de los materiales utilizados en la construcción en seco, lo cual extiende aún más la capacidad física estructural.
El comportamiento de combustión lenta es el factor determinante para salvar vidas, dando tiempo a sus ocupantes para abandonar la vivienda y posteriormente a los bomberos para controlar el fuego. Por esto es clave entender y analizar un incendio desde esta óptica y no por la combustión total de una vivienda.