Cercos de madera: ideales para proteger y aportar estética al jardín
El cerco de madera es un elemento tradicional que mantiene su vigencia a pesar de varios siglos de existencia. Además de aportar seguridad contra posibles intrusos y curiosos, es un elemento que aporta calidez y decora como ningún otro un espacio verde.
Un cerco clásico está formado por una serie de tablones o estacas de madera colocados en forma vertical y terminados en punta o de forma redondeada. Los tablones se clavan y se unen por medio de otras tablas horizontales que se clavan a las anteriores.
En algunos países se conoce también a los cercos como vallas. Inicialmente las vallas comenzaron a instalarse en granjas o terrenos agrícolas y luego se extendieron a espacios privados como los jardines de las viviendas familiares. Al ser un elemento natural, la madera es el material indicado para esta función y no desentona con un ambiente donde el césped, los árboles, las plantas y flores son los protagonistas del entorno.
La construcción de un cerco es una tarea sencilla, a punto tal que muchos de estos son construidos por sus propios usuarios. También existe la posibilidad de comprar los cercos o vallas pre- fabricados en madereras e hipermercados de la construcción. Asimismo si uno desea un producto con mayor diseño y complejidad puede encargarle esta tarea a un carpintero o profesional experto.
Existen muchas opciones de madera para escoger. En el caso de las maderas cultivadas pueden utilizarse el eucalipto o pino, en ambos casos con tratamiento o impregnación que los ayude a preservarse en la intemperie. Las estacas que deben enterrarse en la tierra además del tratamiento para la intemperie, deben pintarse con pintura asfáltica que ayudará notablemente en su rendimiento y vida útil bajo tierra.
Cadamda recomienda para el tratamiento de los cercos la línea de productos que tiene disponible Cetol: www.cetol.com.ar, con una amplia variedad de opciones y colores disponibles.