Crearon en EE.UU. un microchip a base de madera para los celulares.


Lograron eliminar un material nocivo para el medio ambiente como el arsénico para utilizar uno a base de madera.
Una de las grandes preocupaciones de los fabricantes de componentes tecnológicos en el mundo es como hacer más sustentable su sector.

Es conocido que los componentes que integran estos artefactos, tienen grandes problemas con la degradación y el reciclado. Encontraron la solución en la madera, un elemento natural cuyas virtudes comienzan a trascender en nuevos terrenos como la electrónica.

El material flexible y biodegradable que usaron los investigadores se denomina nanofibrilla de celulosa (CNF), una sustancia abundante que se extrae de la misma madera que se utiliza para fabricar papel, según revelo la revista científica “Nature”.

La superficie del circuito integrado fue cubierta con epoxi, un componente que lo impermeabiliza y evita su expansión y contracción por efecto del calor, unas de las características principales que debe cumplir el chip para su eficiencia, según informó el semanario.

La madera es un material higroscópico natural –que tiene la propiedad de expulsar la humedad de acuerdo a las condiciones atmosféricas. «Con un mínimo revestimiento epoxi en la superficie, resolvimos tanto la suavidad del producto como la barrera contra la humedad», afirmó Zhiyong Cai, líder del proyecto, de acuerdo a la información señalada en el sitio web de la Universidad Wisconsin-Madison (UWC).

«La mayoría de los materiales que forman un chip son para soporte. Usamos menos de un par de micrones -la milésima parte de un milímetro- para todo lo demás», afirmó por su parte Zhenqiang Ma, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la UWC y miembro del equipo.

Según explicó, «estos chips son tan seguros que se pueden poner en el bosque y los hongos se encargarán de degradarlos».

El trabajo del equipo pretende demostrar un proceso más ecológico respecto de los chips existentes. La mayoría de los dispositivos inalámbricos actuales utilizan un componente llamado Arseniuro de galio, que contiene arsénico (tóxico para el medio ambiente), cuyo riesgo de contaminación aumenta cuando los dispositivos electrónicos inalámbricos son desechados.

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