El arquitecto que plantó su casa en medio del bosque


Lluís Raich es el fundador de Slow Nature Suites, un estudio que diseña viviendas personalizadas, transportables y con un mínimo impacto sobre el entorno

Cuenta Lluís Raich que se reencontró con su profesión en la lejana Patagonia chilena, mientras estudiaba, con una beca, en la Universidad de Valparaíso. En ese entorno despampanante reflexionó sobre la estrecha vinculación entre arquitectura, naturaleza y sostenibilidad en un tiempo en el que en España el ladrillo había hecho precisamente lo contrario: arrasar un litoral entero y sumir a miles de familias en deudas impagables.

A su vuelta a casa, este catalán de 35 años decidió llevar a los planos el proyecto que rumiaba desde hacía tiempo. Un estudio de arquitectura especializado en viviendas de madera sostenibles, pensadas tanto para particulares como para empresas (especialmente del sector turismo) que buscasen un producto diferente.

Así nació Slow Nature Suites, compañía con escasos meses de vida pero que ya ha sido galardonada en los premios Rethinking the future por su innovador concepto; casas prefabricadas y transportables con el mínimo impacto ecológico, tanto en la fabricación como en su integración con el entorno.

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Viviendas personalizadas

El catálogo virtual de esta empresa ofrece hasta 17 tipologías diferentes de viviendas, combinando los módulos principales de todo alojamiento (habitación y baño) con otros cuatro espacios accesorios (salón, estudio, cocina y terraza).

Con todo, Raich explica que su objetivo «es adaptarse a las necesidades de cada cliente y de cada proyecto». Y, además, idear la construcción pensando siempre en dónde estaría ubicada, para buscar el mayor ahorro energético y el máximo disfrute de la naturaleza.

Este joven arquitecto, con varios años de experiencia en otras empresas, explica ilusionado cómo los módulos que ofrecen podrían ser utilizados desde en el claro de un frondoso bosque hasta en un terreno anexo a unas viñas. Con la ventaja de que pueden ser transportados por carretera y cambiados de lugar en cualquier momento, al no estar cimentados sobre el terreno en el que se asientan.

La ilusión del cliente

Raich asegura que, entre sus intenciones, ocupa un lugar primordial cambiar la fría relación que, en muchos casos, une al arquitecto y cliente. Y resume la reflexión detrás de este proyecto con una frase: «queremos que la gente no esté con más miedo que ilusión cuando busca un lugar donde vivir».

Después de pocas semanas de vida, Slow Nature Suits ya está trabajando en un primer encargo. Una exclusiva suite para un conocido hotel de la Costa Brava gerundense. Sin embargo, su fundador asegura haber recibido ya numerosos mensajes de empresas y particulares interesados en trabajar con ellos. El reclamo para vivir en plena naturaleza, en una casa y de un modo diferente, parece que funciona.

Fuente: www.economiadigital.es

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